miércoles, 25 de mayo de 2011
PARTICIPACIÓN JUVENIL, DEMOCRACIA Y EDUCACIÓN
Mucho se habla en los últimos años en Argentina sobre la participación juvenil. Especialmente sobre la participación política, partidaria. Sin por eso restar importancia a grupos juveniles de trabajo social y comunitario. En paralelo y lindando con la contradicción, durante estos últimos días los medios de comunicación nos traen los resultados de una encuesta realizada por el Ministerio de Educación de la Nación entre adolescentes escolarizados en el nivel medio donde se concluye que sólo el 40% encuentra valor al sistema democrático. Como docente “fanatizada” con la enseñanza de Ciencias Sociales y de los contenidos de Formación Ciudadana me vienen un montón de cosas a la cabeza, especialmente luego de haber estado leyendo desde hace diez días sobre el Movimiento de los Indignados en España.
La política a veces nos enoja porque tiene puntos injustos y…bizarros. Una deuda más de la democracia. Las convicciones ideológicas son condicionadas y en casos peores son corrompidas porque el Estado es el principal empleador de la militancia y, mucho más complejo y grave aún, el sector empresario se mete en las agrupaciones partidarias. Hoy el mercado es quien mayor poder concentra. Con un vocabulario demodé pero no por eso menos real: el capitalismo se nos filtra en el Estado, en los partidos políticos y en las organizaciones de la sociedad civil también. Y esto no excluye a las fuerzas autodenominadas progresistas, tanto en sus versiones nacionales y populares como socialdemócratas. La democracia tiene este problema, la democracia argentina también.
La española no logra revertir el tema del desempleo. Aparentemente, es el principal motivo de la protesta, de liderazgo juvenil, conocida como “Los Indignados” o “Movimiento 15 de Mayo” y el dedo acusatorio apunta hacia el bipartidismo rotativo en el gobierno. La consigna principal es “Democracia Real ya”. Una protesta ante la injusticia es algo positivo, lo constructivo es que tenga continuidad, que se constituya militancia. Partidaria o social, pero militancia la fin. Para no quedar en un anécdota juvenil. Porque con limitaciones, condicionamientos, impurezas, vicios y demás defectos la participación es la única solución a estos problemas de la democracia, y la participación sólo es posible en democracia.
Desde la escuela no sólo podemos implementar proyectos que permitan la construcción conceptual del Estado, la Democracia y la Justicia. También podemos estimular la participación de nuestros alumnos en proyectos de aprendizaje-servicio y en centros de estudiantes. Se aprende a ejercer la ciudadanía no sólo con contenidos escolares, sino participando. Aunque muchas veces – casi siempre - esto signifique que nosotr@s l@s adult@s seamos l@s cuestionad@s.
Imagen: Tomada sin permiso de la web de Atilio Borón.
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